Tepeji del Río, 28 de enero de 2025. La Profepa había anunciado el cierre total de la empresa Simari en Tepeji del Río desde el pasado 16 de enero, pero los usuarios en redes sociales no han dejado de señalar que, aunque se supone que está clausurada, la empresa sigue funcionando en la oscuridad de la noche.
El activista ambiental Carlos Álvarez Flores no tardó en responder a la situación y prometió que Simari enfrentará una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR). En una entrevista, Álvarez se mostró optimista al respecto, destacando que después de años de denuncias, finalmente la Profepa logró emitir la orden de clausura definitiva de Sistemas Integrales en el Manejo de Residuos Industriales, S. de R. L..
¡Pero la batalla no ha terminado! Aunque la clausura fue oficial, Simari sigue haciendo de las suyas. Según Álvarez, es posible que la empresa resista el cierre debido a que, por mucho tiempo, ha contado con protección. Ahora que el proceso está en marcha, la Profepa deberá hacer visitas al sitio para confirmar que dejen de operar, un procedimiento que podría tardar entre seis y 12 meses, dependiendo de los avances de la dependencia.
Álvarez destacó que, debido al incumplimiento constante de Simari, la Profepa debería llevar el caso a la FGR para presentar una denuncia judicial, aunque eso no los exime de pagar la millonaria multa que se les impuso: 14 millones 990 mil 430 pesos. Además, la empresa tendrá que dejar en orden todos los desechos que aún tiene almacenados, y para eso, ya hay tres empresas del norte del país listas para hacerse cargo de la situación.
En sus declaraciones, Álvarez recordó que lleva más de 15 años denunciando las irregularidades de la empresa. Incluso en 2023, la Profepa había colocado sellos de clausura, pero Simari siguió operando sin sanciones. Ahora, el activista espera que esta vez, finalmente, se cumpla la ley ambiental.
En cuanto a las irregularidades encontradas por la Profepa, la situación es grave: residuos peligrosos sobre el suelo, almacenaje incorrecto de sustancias durante más de seis meses, mezcla de productos incompatibles, y hasta derrames de lixiviados que afectan el ambiente. Además, la empresa no cuenta con etiquetado adecuado y sus residuos infecciosos están expuestos al clima sin la debida refrigeración. Todo esto llevó a la clausura del lugar, pero parece que la lucha sigue. ¡Estaremos al tanto!