Mary Carmen Trejo, quien ha vivido en carne propia la tragedia de la desaparición en Jalisco, relató un episodio desgarrador ocurrido en 2018, cuando se descubrieron dos contenedores con más de 300 cuerpos cada uno.

Según su testimonio, varias familias acudieron al lugar con la esperanza de identificar a sus seres queridos, pero se encontraron con un escenario desolador: los cuerpos estaban en condiciones irreconocibles y el olor abarcaba varios metros a la redonda. Pese a exigir que las bolsas fueran abiertas, descubrieron algo aún más perturbador: los restos estaban fragmentados, como si hubieran sido tratados como un rompecabezas.
Trejo asegura que quienes manipularon los contenedores tenían la orden de incinerar o enterrar los cuerpos y que esta instrucción venía de “gente de arriba”, señalando la posible complicidad de las autoridades. Ante esto, cuestiona la reciente localización de hornos clandestinos en Teuchitlán (2025), insinuando que el gobierno no debería sorprenderse de estos hallazgos si ellos mismos han recurrido a estas prácticas en el pasado.

“Jalisco no solo ha sido uno de los estados con más desapariciones, sino un lugar de reclutamiento forzado, donde personas desaparecidas en otros sitios terminan aquí“, advirtió Trejo.
Además, criticó las declaraciones del gobernador de Guadalajara, Pablo Lemus Navarro, quien aseguró que los índices delictivos y de desapariciones han disminuido. “Pues sí, sin cuerpo no hay delito“, sentenció.
Con una profunda carga emocional, Trejo reconoce que el desgaste que siente no es solo físico, sino mental y del alma. Su testimonio es un llamado a no dejar pasar por alto lo que está ocurriendo en Jalisco y a exigir justicia para quienes ya no pueden hacerlo.