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Nancy Nelson solía temerle al dentista, tanto que su mandíbula se desajustaba de los nervios. Pero hace 25 años, cuando tenía poco más de 60, empezó a visitar a los dentistas de Los Algodones, México, y su miedo desapareció por completo. “Son súper amables y respetuosos con mi fobia”, dice mientras hace fila para cruzar de vuelta a EE. UU. 🌞
Los Algodones, un pueblito mexicano de apenas 10,000 personas, se ha ganado el título de “la capital mundial dental”. ¿Por qué? Pues, uno de cada diez habitantes es dentista, y la alcaldesa, Herminia Marín, también lo es. Entre 3,000 y 5,000 turistas norteamericanos cruzan cada día para hacerse los dientes, tomarse unos margaritas y disfrutar de la vibra del lugar.
Lo curioso es que este pueblo antes vivía de la industria algodonera, pero desde los años 70, su economía se ha volcado al sector de la salud. Dentistas, médicos y hasta farmacias se encargan de satisfacer la demanda de nuestros vecinos del norte.
Nancy y su esposo Bruce, un par de jubilados de Wisconsin, cuentan cómo se ahorraron miles de dólares viajando hasta aquí para mejorar su salud dental. “Volamos, alquilamos coche, nos quedamos un par de días y de paso nos dimos unas vacaciones”, dice Bruce mientras la temperatura en el norte de EE. UU. está bajo cero, pero en Los Algodones… ¡el sol brilla y las temperaturas no bajan de los 15 grados!
Este tipo de turismo no es raro. Los estadounidenses, especialmente en invierno, se convierten en “aves migratorias” que cruzan para disfrutar de servicios dentales a precios mucho más bajos. Aparte de los dientes, también se llevan medicamentos y lentes, mientras que el muro de 10 metros de altura es solo un recordatorio del contraste entre ambos países.
Carlos Rubio, uno de los primeros dentistas en Los Algodones, lo tiene claro: “A los gringos les obsesiona tener una sonrisa blanca tipo bleach”. Según él, el sistema de salud en EE. UU. es un lío, y con tantos sin seguro dental, los mexicanos están aprovechando esta demanda.
Roger Graves, un veterano de guerra de Florida, lo confirma: “A pesar de tener seguro médico, no cubre los dientes, así que venir aquí es una opción perfecta”. Y lo mejor es que los precios en Los Algodones pueden ser hasta un 75% más bajos que en EE. UU.
Los dentistas de aquí no solo te arreglan los dientes, sino que te hacen sentir como en casa. Te recogen en carrito de golf, te llevan al consultorio y después puedes relajarte con un par de enchiladas, margaritas y música en vivo.
Lo resume June Spinler, una turista frecuente: “Es como un negocio de ventanilla única. Tienes todo en un solo lugar”.
Así que si tienes miedo del dentista, tal vez lo que necesites es un buen viaje a Los Algodones. 😉
