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Buzos especializados están en la búsqueda de pistas en los restos del superyate de 40 millones de dólares que se hundió frente a Sicilia en agosto, provocando la muerte de ocho personas, incluido el magnate tecnológico británico Mike Lynch. Estos buzos han solicitado más seguridad en la zona, ya que temen que los datos sensibles que podrían estar en las cajas fuertes del yate atraigan el interés de gobiernos extranjeros.
Los fiscales italianos han iniciado una investigación por homicidio involuntario y naufragio por negligencia. Creen que el yate de 56 metros (184 pies), conocido como Bayesian, podría albergar información muy sensible relacionada con servicios de inteligencia occidentales. Cuatro fuentes familiarizadas con la operación de rescate han confirmado estas sospechas.
Lynch, quien mantenía vínculos con diversas agencias de inteligencia británicas y estadounidenses a través de sus empresas, fundó la compañía de ciberseguridad Darktrace, que fue vendida en abril a la firma de capital privado Thoma Bravo. Además, fue asesor de los primeros ministros británicos David Cameron y Theresa May en temas de ciencia y ciberseguridad.
Los detalles del hundimiento son alarmantes. Se cree que el yate, que yace a aproximadamente 50 metros (164 pies) de profundidad, contiene cajas fuertes selladas que albergan dos discos duros superencriptados con información clasificada, incluyendo códigos de acceso y otros datos críticos. Un funcionario involucrado en la operación de salvataje, que prefirió permanecer en el anonimato, compartió esta inquietud.
Inicialmente, las autoridades temían que ladrones intentaran acceder a los restos en busca de objetos de valor, pero ahora están más preocupadas por el interés que estos podrían generar entre gobiernos como Rusia y China. Por eso, han pedido vigilancia adicional tanto en la superficie como en el fondo del mar. Francesco Venuto, de la Agencia de Protección Civil de Sicilia, confirmó que se ha implementado una mayor seguridad en el lugar.
El trágico suceso dejó a Lynch, su hija de 18 años, Hannah, y otras cinco personas sin vida tras el naufragio durante una violenta tormenta. Los primeros informes de las autopsias indican que las parejas Bloomer y Morvillo murieron por asfixia en una burbuja de aire, mientras que el chef a bordo, Recaldo Thomas, falleció ahogado.
La esposa de Lynch, Angela Bacares, y otros 14 sobrevivientes, incluido el capitán James Cutfield, están bajo investigación por homicidio involuntario. Se les ha permitido salir de Italia mientras continúan las pesquisas. Algunos sobrevivientes han comentado que Lynch desconfiaba de los servicios en la nube, prefiriendo mantener discos duros en un lugar seguro en el yate.
Además, Lynch había sido absuelto en un caso de fraude en EE. UU. en junio, relacionado con la adquisición de su empresa de software Autonomy por parte de Hewlett Packard. Este crucero se consideraba una celebración de su absolución, aunque la empresa ha indicado que no abandonará su intento de recuperar un pago civil de 4 mil millones de dólares.
Una trágica coincidencia rodea el caso: su socio comercial Stephen Chamberlain, coacusado en el mismo caso de fraude, murió el mismo día del hundimiento tras ser atropellado. Ambrogio Cartosio, el fiscal local, informó que aún no se han recuperado efectos personales del yate, incluidos los discos duros de Lynch.
Los investigadores están trabajando para determinar si hay datos útiles en los discos duros a bordo y en las cámaras de vigilancia del sistema de navegación del yate, que podrían explicar cómo se hundió en solo 16 minutos tras el inicio de la tormenta. Una vez que los buzos terminen las inspecciones, sugerirán cómo levantar el barco de 473 toneladas sin derramar los 18,000 litros de combustible que aún quedan a bordo, asegurando que cualquier información sensible no caiga en las manos equivocadas. Según la ley marítima italiana, los costos de esta operación recaerán sobre la viuda de Lynch.
