¿Te hierve la sangre? así afecta la #Ira a tu #Cuerpo y cómo canalizarla para no explotar.

“El ser humano es como una casa de huéspedes, cada día recibe visitas diferentes: alegría, tristeza, decepción…” decía el poeta persa Rumi allá por el siglo XIII. Y es que las emociones, aunque incómodas a veces, traen mensajes clave si sabemos escucharlas.

👉 Una de esas emociones es la ira, que puede secuestrar nuestra calma y afectar la salud. Pero ojo, también puede ser un motor de cambio si la gestionamos bien. Hablamos con dos expertas para entender qué le pasa al cuerpo cuando te enfureces y cómo no dejar que te controle.

Cuando la amígdala toma el control. 😡

La neurocientífica española Nazareth Castellanos explica que cuando nos enfrentamos a algo que nos molesta, el cerebro puede responder o reaccionar. Lo ideal es que responda, pero casi siempre reacciona de volada.

🧠 La amígdala, que es como el centro de control de las emociones aversivas, recibe la información, la analiza junto al hipocampo y la corteza frontal y decide qué tan desagradable fue la situación.

  • Escenario ideal: Alguien te dice algo desagradable y tu cerebro actúa como mediador, calmando la amígdala. Pero esto no pasa siempre.
  • Escenario común: Te enojas, la amígdala entra en acción y tu respiración se acelera, el corazón late a mil y los músculos se tensan.
  • Escenario crítico: Si ya estás estresado o molesto, cualquier comentario puede hacerte explotar. La amígdala se apodera de la situación y tu reacción es exagerada, lo que puede llevar a decir cosas de las que te arrepientes o incluso, en casos extremos, a problemas de salud.

Corazón acelerado y tripa revuelta. ❤️‍🔥

Cuando la ira se apodera de ti, los cambios más rápidos ocurren en el sistema cardiorrespiratorio: tu corazón late más rápido, la presión sanguínea sube y la respiración se acelera.

👀 Pero el intestino, que tiene su propio sistema de neuronas (el sistema entérico), responde más lento. Después de una discusión, es posible que horas después sientas el estómago hinchado, ardor o malestar intestinal.

Un estudio de 2024 de la Universidad de Columbia demostró que un episodio de ira de solo 8 minutos puede afectar la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse, aumentando el riesgo de daño vascular a largo plazo.

La ira también impulsa cambios.✊

No todo es malo, amiks. Castellanos recuerda que la ira puede ser un motor de cambio. “A veces hay que dar un puñetazo sobre la mesa para que las cosas cambien”, dice.

💡 Dolores Mercado, experta de la UNAM, señala que la ira surge cuando sentimos que algo es injusto o cuando hay un obstáculo para alcanzar nuestros objetivos. Su función adaptativa es restaurar la justicia y eliminar obstáculos, pero si se vuelve constante o desproporcionada, puede dañar la salud y las relaciones.

Tips para manejar la ira como pro. ✨

Si sientes que te hierve la sangre, no te preocupes, hay herramientas para no dejar que la ira te controle:

1. RAIN: reconocer, permitir, investigar y cuidar.
La psicóloga Tara Brach propone esta técnica para investigar qué te ha enojado y si realmente vale la pena actuar. Pregúntate: ¿Estoy exagerando por estar nervioso? 🤔

2. Respira y exhala más lento.
Cuando te enojas, tu respiración cambia. Exhalar más despacio que inhalar ayuda a calmar la amígdala. Intenta inhalar contando hasta 3 y exhalar contando hasta 6.

3. Usa el “efecto mantra”.
Un estudio de la Universidad de Tel Aviv comprobó que repetir una palabra neutra (como “mesa” o “vaso”) en silencio calma la amígdala, porque le da palabras pero no información emocional. 🧘‍♂️

La ira en los niños: no la reprimas. 🙅‍♀️

Las rabietas son parte del desarrollo de los niños. Castellanos señala que son “pruebas de sonido” que ayudan al cerebro a formar conexiones entre la amígdala y la corteza frontal.

👩‍👧‍👦 Los padres deben permitir que los niños expresen su enojo y enseñarles a analizar la situación para que aprendan a regular sus emociones. Contener sin reprimir es la clave.

Reprimir la ira te enferma. 😞

La experta Dolores Mercado advierte que reprimir la ira puede generar problemas físicos y emocionales. Como explica el psiquiatra Gabor Mate en su libro “Cuando el cuerpo dice NO”, cuando no expresamos lo que sentimos, el cuerpo lo manifiesta a través de enfermedades.

“Si no cuidas tu salud mental, afectas tu salud física”, señala Castellanos. Y viceversa. En momentos difíciles, cuidar ambos aspectos es clave para evitar somatizar emociones y mantener el equilibrio.

Autor Itzel G. Bandala

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