Las elecciones en Venezuela están a la vuelta de la esquina, y Nicolás Maduro no pierde ni un minuto en su intento por asegurar otro período presidencial. Con un discurso encendido, el mandatario venezolano ha aprovechado cada oportunidad para hacerse oír, especialmente en respuesta a la oposición, que ha estado levantando su voz con fuerza.
Pero Maduro no solo tiene palabras para los venezolanos. En sus últimas apariciones públicas, ha disparado contra el presidente argentino, Javier Milei, acusándolo primero de intentar sabotear las elecciones venezolanas y luego de ser un fascista.
El 21 de julio, en un acto de campaña, Maduro no se guardó nada y lanzó fuertes insultos contra Milei: “¿Ustedes quieren que Venezuela sea como la Argentina de Milei? Ese malparido nazi fascista está destrozando a los trabajadores con su motosierra”. Este ataque no fue el primero, ya que días antes, Maduro también lo había tachado de “malparido”, acusándolo de buscar un caos para justificar la suspensión de las elecciones en Venezuela.
La reacción del gobierno argentino no tardó. Manuel Adorni, vocero presidencial, calificó a Maduro como un “dictador”, desestimando sus palabras por venir de alguien con “valores éticos y morales trastocados”. Pero eso no fue todo. Horas después, la Cancillería argentina anunció que el país volvía a sumarse al grupo de naciones que denunció al gobierno de Maduro ante la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad.
Este movimiento es parte de una serie de acciones que Argentina ha adoptado desde diciembre de 2023 en respuesta al deterioro de la situación en Venezuela. En un segundo comunicado, Argentina, junto a otros países latinoamericanos, exigió el fin del hostigamiento contra activistas y la liberación de presos políticos en Venezuela, además de garantizar elecciones libres.
La tensión entre ambos países no es nueva. Desde que Milei asumió la presidencia, las relaciones se han enfriado, exacerbadas por la prohibición venezolana de vuelos argentinos sobre su espacio aéreo, una represalia por la confiscación de un avión de Emtrasur en Argentina.
Analistas internacionales coinciden en que la relación entre Venezuela y Argentina ha sido volátil, con cambios drásticos según el gobierno de turno en Argentina. Mientras algunos ven en las declaraciones de Maduro una estrategia para consolidar su poder a través del enfrentamiento, otros creen que la tensión actual podría continuar si Maduro gana las elecciones.
Sin embargo, si la oposición en Venezuela triunfa, algunos expertos, como Eduardo Martínez, creen que Milei podría buscar estrechar lazos con un nuevo gobierno en Venezuela, aunque las diferencias políticas podrían ser un obstáculo. De cualquier forma, un triunfo opositor podría significar una nueva etapa en las relaciones entre ambos países, con oportunidades de cooperación económica en sectores como la agricultura y la manufactura industrial.
En resumen, las elecciones en Venezuela no solo definirán el futuro de ese país, sino también su relación con Argentina, que ha estado marcada por la tensión y los desencuentros bajo los mandatos de Maduro y Milei.