El hallazgo de 13 trabajadores asesinados brutalmente en una mina de Pataz, en La Libertad, ha estremecido a todo el Perú 😔. A pesar de que la zona llevaba más de un año bajo estado de emergencia, esto no impidió que un grupo armado ingresara, los secuestrara y los ejecutara sin piedad.

Los cuerpos fueron encontrados el domingo dentro de un socavón perteneciente a la minera Poderosa, después de días de incertidumbre y rumores sobre su desaparición. Estaban maniatados, con los ojos vendados y con disparos en el cuello, según fuentes policiales citadas por medios locales.
Frente al horror, la presidenta Dina Boluarte reaccionó declarando un toque de queda en el distrito de Pataz, de 6:00 am a 6:00 pm, y entregó el control de la zona a las Fuerzas Armadas. Además, se ordenó suspender todas las actividades mineras durante un mes, mientras se instala una base militar permanente para intentar recuperar el control de este territorio cada vez más dominado por bandas criminales.
¿Qué pasó en la mina?
Todo comenzó el viernes, cuando la empresa Poderosa denunció que “mineros ilegales coludidos con criminales” atacaron una de sus instalaciones y secuestraron a 13 trabajadores que laboraban con un minero artesanal que tenía contrato con la compañía.

En un comunicado, la minera lamentó que la minería ilegal se esté apoderando de sus terrenos, incluso con operativos recientes y el despliegue de 800 policías en la zona. A pesar de todo eso, los criminales actuaron sin que nadie pudiera detenerlos.
Los familiares, al enterarse de la noticia, comenzaron a llegar desde distintos puntos del país a Trujillo, donde esperaban en la morgue el reconocimiento de los cuerpos. Algunos, como Enrique Carbonell, padre de una de las víctimas, criticaron duramente a las autoridades: “No hay ni un puesto policial ni auxilio en la zona. Mi hijo desapareció el martes y presenté la denuncia esa misma noche”.
¿Y el gobierno?
Antes de que se confirmaran los asesinatos, el primer ministro Gustavo Adrianzén había minimizado la situación diciendo que “no había indicios de que el reporte fuera real”. Eso generó aún más indignación cuando se supo que sí existían denuncias y que la tragedia pudo haberse evitado.
En cadena nacional, Boluarte aseguró que el Ejecutivo sí actuó desde el inicio, aunque las críticas por la ineficiencia del estado no paran de crecer.
El lado oscuro de la minería en Perú 💰
El caso de Pataz no es aislado. La minería ilegal está creciendo sin control, especialmente en zonas alejadas donde el Estado casi no tiene presencia. Según Poderosa, ya van 39 personas asesinadas en sus instalaciones por culpa de estas mafias.

Perú, uno de los mayores productores de oro del planeta, enfrenta una dura realidad: la minería informal se ha convertido en un foco de violencia, trata de personas, extorsiones y lavado de dinero.
Aunque en 2017 se creó el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) para regular a los mineros artesanales, la medida terminó sirviendo como escudo legal para actividades ilícitas. Muchos lo ven hoy como una excusa para que el crimen organizado se disfrace de “formal” y siga operando impunemente.
Hasta mediados de abril, más de 640 homicidios se habían registrado en el país, un 19% más que en el mismo periodo del año pasado. Y mientras las cifras suben, el clamor por seguridad también.