En una impresionante muestra de colaboración, los residentes de la comunidad indígena de San Ildefonso han convertido barrancas y veredas en un entramado de calles. Hombres, mujeres y niños se unieron para llevar a cabo este proyecto ambicioso, aprovechando el programa “Unidos Construimos”. La necesidad de mejorar la infraestructura vial se hizo evidente, ya que la comunidad solo contaba con dos calles principales, lo que dificultaba la movilidad.
En 2023, el gobierno lanzó el programa con el objetivo de ampliar la infraestructura urbana en las comunidades. Se asignaron recursos significativos, con una inversión de 10 millones de pesos destinados a la adquisición de 1500 toneladas de cemento. San Ildefonso se benefició con 700 toneladas de este material, utilizado para la construcción de 20 calles. Estas nuevas vías tienen longitudes que oscilan entre 100 y 225 metros, con un ancho de 6.5 metros y un espesor de la carpeta de concreto que va de 10 a 20 centímetros.
Recientemente, los residentes mostraron al presidente municipal Salvador Jiménez Calzadilla la finalización de las seis calles restantes, completando así varios circuitos viales en la comunidad.
El alcalde, quien ha participado activamente en las labores durante algunos fines de semana, elogió el método constructivo utilizado por los albañiles locales. Destacó la eficiencia del proceso, donde se emplea una base de piedras, permitiendo un ahorro sustancial de materiales. Este método de construcción, de alta calidad, se ha convertido en un modelo que se replica en otras comunidades. Jiménez Calzadilla elogió especialmente la labor de decenas de mujeres, quienes desempeñaron roles clave en la colocación de piedras, transporte de materiales y mezcla de concreto, contribuyendo significativamente a la transformación del entorno.
Evelia Donato Calva, residente de la calle Huizache, compartió la complejidad de la obra, que llevó año y medio completar. En una tarea titánica, transformaron una barranca en una calle de 210 metros de longitud y 6.20 metros de ancho. Donato Calva describió el proceso de rellenar con nopales, pencas de maguey y cardones, seguido de la aplicación de tierra y piedra. Además, se construyó una red de drenaje antes de la aplicación final del concreto.
En un gesto de solidaridad, se destacó la colaboración de residentes como Diego Osamar Ortega Pantaleón, un joven de 12 años que contribuyó en múltiples calles, transportando piedras y materiales. También se reconoció el apoyo de diversas áreas del gobierno municipal, servicios públicos y la Comisión de Agua Potable, que participaron en la instalación de la red hidrosanitaria.