En un acto de demanda por mayor seguridad en las carreteras de México, transportistas de carga y pasajeros, liderados por la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (Amotac), se movilizaron en varias entidades del país durante más de siete horas.
El movimiento, que no alcanzó la magnitud de un paro nacional como se había anunciado, fue impulsado por una sola organización gremial, pero logró captar la atención de autoridades y ciudadanos por igual.
Los transportistas, a través de bloqueos parciales, expresaron su descontento por la creciente inseguridad en las carreteras, exigiendo un alto a los robos, extorsiones, secuestros y asesinatos de los que han sido víctimas.
Entre las demandas planteadas por los conductores se incluyen la regulación de vehículos doblemente articulados, la devolución de carreteras federales que se convirtieron en vías de cuota y la eliminación de los permisos municipales para cargar y descargar mercancías.
Durante la jornada de protestas, se registraron cierres parciales en importantes arterias viales de la Ciudad de México, el Estado de México, Puebla, Michoacán y otras 14 entidades del país.
A pesar de los inconvenientes causados por los bloqueos, el gobierno federal reiteró su compromiso de privilegiar el diálogo para atender las demandas de los transportistas y buscar soluciones efectivas para mejorar la seguridad en las carreteras.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el plan de reconstrucción para los municipios afectados concluirá antes de que termine su sexenio, el 30 de septiembre de 2024, y anunció la creación de programas de becas y apoyos para estudiantes y científicos jóvenes.
Las protestas, que se llevaron a cabo en múltiples estados, representan un llamado de atención sobre la grave problemática de seguridad que enfrenta el sector del transporte en México y la urgente necesidad de implementar medidas efectivas para proteger a los trabajadores de este gremio.