El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, expresó su preferencia por mantener el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero advirtió que podría considerar “otras opciones” si México no aborda las inquietudes de Canadá respecto a las inversiones chinas en el país.
En una conferencia de prensa, Trudeau destacó que el T-MEC ha sido un acuerdo comercial excepcional y que su primera opción es que continúe. Sin embargo, enfatizó que, dependiendo de las decisiones que tome México, Canadá podría verse obligado a explorar alternativas para proteger sus intereses económicos y laborales a largo plazo.
Recientemente, funcionarios canadienses han manifestado su preocupación de que China pueda utilizar a México como plataforma para exportar productos a precios bajos, aprovechando las ventajas del T-MEC. Trudeau mencionó que ha planteado estas preocupaciones directamente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante una reunión reciente.
La revisión del T-MEC está programada para 2026, lo que brinda tiempo para que México aborde las inquietudes planteadas por Canadá. No obstante, la situación actual ha generado tensiones en las relaciones comerciales entre ambos países, especialmente en el sector automotriz, donde se teme que las prácticas comerciales desleales puedan afectar la industria canadiense.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum ha atribuido las presiones de Canadá para excluir a México del T-MEC a factores internos, como las próximas elecciones provinciales en Canadá. Sin embargo, las preocupaciones de Canadá persisten, y se espera que las discusiones continúen en los próximos meses para encontrar soluciones que beneficien a ambas naciones.
La situación actual subraya la importancia de mantener relaciones comerciales transparentes y equitativas entre los países miembros del T-MEC, garantizando que los acuerdos comerciales no sean utilizados para prácticas que puedan perjudicar a las economías de los países involucrados.
En resumen, aunque Canadá prefiere mantener el T-MEC, las preocupaciones sobre las inversiones chinas en México podrían llevar a una reevaluación de la relación comercial entre ambos países, especialmente si México no aborda las inquietudes planteadas por Canadá en relación con las prácticas comerciales de China.