Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, vuelve a la carga prometiendo rescatar la industria manufacturera del país y recuperar los empleos perdidos, esta vez a través de una nueva negociación de su propio acuerdo comercial con México y Canadá.
En lugar de simplemente reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que él mismo ha tildado de “el peor acuerdo comercial de la historia”, Trump busca ajustar el Tratado Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, o T-MEC). Este tratado, que firmó en 2018, entró en vigor en enero de 2020, reemplazando al TLCAN.
En su momento, Trump aseguró que el T-MEC sería “el acuerdo comercial más moderno, actualizado y equilibrado en la historia del país, con las protecciones más avanzadas para los trabajadores jamás creadas”. Pero ahora siente que hay margen para mejoras.
“Al asumir el cargo, notificaré formalmente a México y Canadá mi intención de usar la cláusula de revisión de seis años del USMCA que incluí”, comentó Trump la semana pasada en un discurso en el Club Económico de Detroit.
Esta cláusula del T-MEC exige que los tres países revisen el acuerdo al cumplirse seis años. Durante una entrevista con Maria Bartiromo de Fox News, Trump aclaró que no planea debilitar el tratado que él mismo ayudó a crear. “Quiero que sea un acuerdo mucho mejor. Quiero aprovechar, ahora, la industria del automóvil”, afirmó.
Harris también quiere meter mano en el T-MEC
Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris ha manifestado que también quiere hacer uso del proceso de revisión del T-MEC. Recordemos que Harris, que ahora es candidata presidencial demócrata, fue una de los diez senadores que se opusieron al USMCA en su momento. “Sabía que no era suficiente para proteger a nuestro país y a sus trabajadores”, declaró la semana pasada.
Tras la votación en el Senado en 2020, Harris expresó su preocupación por las disposiciones medioambientales del USMCA, que consideraba insuficientes para combatir el cambio climático.
¿Qué incluye el T-MEC?
Gran parte del T-MEC consiste en actualizar el viejo TLCAN, que ya tiene 25 años. Uno de los cambios más significativos es un nuevo incentivo para la fabricación de automóviles y camiones en América del Norte, ya que el USMCA establece que el 75% de las piezas de un vehículo debe producirse en uno de los tres países para que puedan cruzar las fronteras sin aranceles (anteriormente era el 62.5%).
Además, el acuerdo exige que más piezas sean producidas por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora. También se introdujeron nuevas ventajas para el sector tecnológico, incluyendo un capítulo sobre comercio digital que no estaba en el TLCAN original. El T-MEC también contempla normas laborales estrictas y protecciones medioambientales.