El presidente de EE. UU., Donald Trump, volvió a dejar claro este miércoles que uno de sus principales objetivos es sacar a los “criminales y malhechores” del país, como parte de la postura firme de su administración contra los inmigrantes indocumentados, a quienes considera terroristas y delincuentes peligrosos.

En una publicación en Truth Social, Trump acusó al presidente Joe Biden de permitir la entrada masiva de criminales, asesinos y traficantes de drogas, mientras defendía sus políticas migratorias: “Lo siento, pero mi trabajo es sacar a estos asesinos y matones. ¡Para eso me eligieron!”, dijo, disparando contra Biden y su gestión en la frontera.
En medio de esta discusión, el vicepresidente J.D. Vance también se sumó al debate, defendiendo la deportación de indocumentados y cuestionando las preocupaciones sobre el debido proceso. En sus publicaciones en X, Vance aseguró que Kilmar Ábrego García es un miembro de la MS-13 y reiteró que “si el gobierno tiene que deportar a alguien, debe hacerlo”, criticando a los medios que defienden una tercera audiencia para Ábrego.
“El presidente ha detenido la entrada de extranjeros ilegales, pero ahora debemos deportar a los que ya están aquí”, expresó Vance, poniendo en duda las llamadas a respetar los derechos procesales. Para él, la pregunta es qué tipo de garantías son necesarias en un caso como este.
Pam Bondi, la secretaria de Justicia, también respaldó la postura del gobierno, diciendo que Ábrego García nunca volverá a EE. UU.: “Está en El Salvador, y ahí se va a quedar”, afirmó, haciendo referencia al apoyo del presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Por su parte, Tom Homan, el zar de la frontera, reiteró que si Ábrego regresa a EE. UU., será inmediatamente detenido y deportado de nuevo. En una entrevista en Fox News, Homan calificó a Ábrego de “amenaza terrorista” y destacó que, según la inteligencia de EE. UU. y El Salvador, Ábrego es un miembro activo de la MS-13. “Si regresa, lo vamos a detener y deportar, eso está claro”, sentenció.
A pesar de las duras acusaciones, los abogados de Ábrego han puesto en duda la información del gobierno, y un juez federal ha mostrado escepticismo sobre las pruebas que se han presentado en su contra.
En otro giro del caso, la jueza Paula Xinis decidió acelerar la investigación sobre el cumplimiento de la orden de facilitar el regreso de Ábrego desde las cárceles en El Salvador. “Necesito ver evidencia, porque hasta ahora no ha habido avances”, comentó Xinis, mientras la batalla legal sigue en curso.