Donald Trump no se guardó nada y arremetió con todo contra el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, por rechazar una propuesta de paz impulsada por Estados Unidos que, según el exmandatario, ya estaba “a punto de cerrarse”. Todo este drama se desató en su red social, donde Trump lo acusó de echar a perder un acuerdo clave con Rusia.

El enojo de Trump se centra en un tema espinoso: la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014. En los supuestos términos que Estados Unidos quería empujar, Ucrania debía reconocer formalmente que esa región le pertenece a Moscú, algo que para Zelensky está totalmente fuera de lugar.
“No hay forma de aceptar eso, va contra nuestra Constitución”, sentenció el presidente ucraniano el miércoles, reafirmando que Crimea no está en negociación.
Trump no tardó en replicar en su plataforma Truth Social: “Con posturas como las de Zelensky es imposible terminar esta guerra. Su rechazo solo va a alargar más este conflicto”. También dijo que las actitudes del presidente ucraniano están obstaculizando cualquier avance real hacia la paz.
Mientras tanto, los diplomáticos estadounidenses están en modo turbo. Esta semana, Steve Witkoff, emisario especial de Trump, tiene agendada su cuarta reunión con Vladimir Putin en Moscú. Y no es cualquier plática: la idea es cerrar un pacto que frene la guerra.

Por otro lado, el vicepresidente JD Vance, que andaba de gira por India, dejó claro que si Ucrania y Rusia no llegan a un acuerdo pronto, su país se bajará del tren de las negociaciones. Incluso dijo que ya es hora de ponerle un alto a la violencia y congelar las líneas de combate tal como están.
Las tensiones subieron más cuando Rubio y Witkoff cancelaron su participación en unas negociaciones en Londres con diplomáticos de Reino Unido, Francia, Alemania y Ucrania. Aunque desde Washington alegaron temas logísticos, los británicos se quedaron con cara de “¿what?”. Todo indica que EE.UU. ya veía venir otro rechazo de Kiev y no querían perder el tiempo.
Desde Ucrania, Zelensky insiste en un alto el fuego inmediato, sin condiciones, y asegura que detener la matanza es lo más urgente ahora mismo. Pero, al mismo tiempo, Rusia reanudó sus ataques tras una pausa durante Semana Santa. Solo el miércoles, nueve personas murieron en Marhanets cuando un dron ruso impactó un autobús lleno de trabajadores. Además, una instalación eléctrica clave en Jersón fue destruida por bombardeos.
En medio de todo, el diario Financial Times soltó una bomba: que Rusia podría aceptar un cese al fuego si EE.UU. reconoce que Crimea es suya. Pero el Kremlin respondió que eso es pura “desinformación”. Y Zelensky, por supuesto, negó haber recibido esa propuesta y reafirmó que Crimea no se toca.
Desde el gobierno ucraniano, Yuriy Sak, asesor del Ministerio de Industrias Estratégicas, fue tajante: “No vamos a cambiar nuestra postura sobre temas no negociables, como Crimea”. Además, aseguró que los enviados de Ucrania a Londres solo llevan un mandato limitado para buscar un cese al fuego que pueda abrir la puerta a nuevas charlas más serias.