Después de una charla telefónica de casi dos horas entre Donald Trump y Vladimir Putin, ambas potencias aseguraron que Rusia y Ucrania están listas para sentarse a negociar un posible alto al fuego. 🕊️

Esta llamada, la tercera desde que Trump volvió a la Casa Blanca en enero, se dio justo cuando Washington viene presionando a Moscú para que avance en conversaciones con Ucrania. Según ambos gobiernos, el tono fue “muy informativo y bastante directo”, y coincidieron en que hay disposición para trabajar hacia la paz.
Putin destacó que fue una conversación “franca y muy útil”, y aprovechó para agradecer a Trump el apoyo estadounidense en la reactivación del diálogo directo con Ucrania. Por su parte, el líder estadounidense dijo que tanto Kyiv como Moscú están listas para iniciar pláticas “de inmediato” para frenar los combates.
“Rusia está dispuesta a trabajar en un posible memorando para un acuerdo de paz futuro”, dijo el Kremlin, y añadió que esto también podría incluir una tregua temporal, si se llega a un pacto claro.

Trump, que durante su campaña prometió acabar con esta guerra en menos de 24 horas tras asumir el cargo, dijo que “el espíritu de la conversación fue excelente”, y que ya compartió los detalles con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, así como con líderes de Francia, Alemania, Italia, Finlandia y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Pero a pesar del optimismo desde las alturas, en el campo de batalla la realidad es otra. Las fuerzas rusas reportaron la destrucción de drones ucranianos en Belgorod, Crimea y Bryansk. En ese contexto, una mujer perdió la vida en Belgorod, según reportes rusos. Mientras tanto, Ucrania denunció ataques rusos en Donetsk y Járkov, incluyendo incendios masivos en Staryi Saltiv. 🚁
Los combates, según altos mandos ucranianos, se han intensificado hasta un 30% en las últimas semanas.
Hace apenas unos días, representantes de Rusia y Ucrania se reunieron en Estambul por primera vez en más de tres años. Aunque no lograron pactar una tregua, sí acordaron un importante intercambio de mil prisioneros por cada bando. Para el viceministro ucraniano Serhiy Kyslytsya, ese gesto fue un “gran final para un día difícil”. Desde el lado ruso, el asesor Vladimir Medinsky dijo que estaban conformes con lo logrado y dispuestos a seguir hablando.

El vicepresidente de EE.UU., JD Vance, expresó cierto hartazgo: “Si esto no se mueve, tendremos que decir que esta no es nuestra guerra”. Lo dijo tras reunirse con el Papa y con Zelensky en Roma. Según él, las posturas están trabadas y se empieza a sentir que el conflicto no tiene salida inmediata.
Desde Moscú, el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov reafirmó que Rusia “prefiere alcanzar sus objetivos por la vía diplomática” y valoró los esfuerzos de Estados Unidos para frenar el conflicto.
Mientras tanto, Zelensky insistió en redes sociales que “Ucrania exige un cese al fuego total e incondicional” antes de siquiera pensar en reunirse cara a cara con Putin.
La guerra comenzó en febrero de 2022, cuando Rusia lanzó su ofensiva a gran escala, bajo el nombre de “operación especial”. Actualmente, Moscú controla alrededor del 20% del territorio ucraniano.
Putin ha dicho que la paz pasa por que Ucrania renuncie a entrar en la OTAN y retire sus fuerzas de las regiones ocupadas por Rusia: Lugansk, Donetsk, Jersón y partes de Zaporiyia. Pero Ucrania exige la liberación completa de estos territorios y la devolución de Crimea, anexada por Rusia en 2014.
¿La paz está cerca? Eso está por verse. Pero por ahora, al menos, las líneas están abiertas.