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Moviliza a 75 mil usuarios y recorre 24 mil 800 kilómetros cada día.
El Tuzobús, con sus ocho años de operación, enfrenta una vejez prematura y una serie de problemas que afectan a sus 150 mil pasajeros diarios en la zona metropolitana de Pachuca. Recorriendo una distancia casi equivalente a la circunferencia de la Tierra cada dos días, el servicio se ha vuelto cada vez más lento y contaminante.
Inicialmente puesto en marcha con una inversión de 931.5 millones de pesos, financiada por Banobras, la iniciativa privada y el Gobierno del Estado, el sistema de transporte no ha cumplido con las expectativas debido a la falta de un proyecto adecuado a las necesidades de la población.
El Tuzobús desplazó a una flotilla de 329 camionetas y vehículos colectivos que cubrían el corredor del centro de Pachuca hasta San Antonio, mientras que las colonias del sur se conectaron mediante camionetas alimentadoras. Sin embargo, hoy en día, solo 230 vehículos están operativos, mientras que 73 autobuses se encuentran inservibles en un cementerio de vehículos.
Las acusaciones sobre el desvalijamiento intencionado de motores, suspensiones y llantas, así como el uso de huachicol como combustible, agravan la situación. La falta de un esquema financiero sólido ha llevado a que hasta cuatro empresas, incluyendo el Gobierno del Estado, hayan intentado sin éxito administrar el servicio eficientemente.
La ausencia de conductores capacitados ha resultado en un alto número de accidentes viales. Según un reporte hasta febrero, los camiones del Tuzobús estuvieron involucrados en 2 mil 188 accidentes, siendo 2019 el año con más incidentes, alcanzando 338 casos, según datos del ITAHI.
El Tuzobús, que debería facilitar la vida de trabajadores y estudiantes, sigue sin encontrar una solución que garantice un servicio eficiente y seguro.
