Peniley Ramírez ha revelado que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) mintió al afirmar que no había investigaciones contra Carlos Loret de Mola y Víctor Trujillo. Según Ramírez, la UIF solicitó información bancaria sobre estos periodistas y otros críticos del gobierno de AMLO, pero no investigó a los hijos del presidente, Andy y Bobby, ni a sus asociados, quienes han obtenido contratos millonarios durante el sexenio.
La periodista indica que la UIF pidió información a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores sobre cuentas y movimientos financieros de los periodistas, mientras que las actividades de los hijos de AMLO y sus socios no fueron objeto de escrutinio. Ramírez sostiene que esta selectividad en las investigaciones sugiere un uso discrecional de la UIF para proteger a los allegados del presidente y atacar a sus críticos.
Además, menciona que esta falta de transparencia y la aparente manipulación de la UIF generan serias dudas sobre la imparcialidad y la objetividad de la entidad. La revelación ha provocado reacciones de indignación y pedidos de aclaración por parte de diversos sectores de la sociedad, que exigen que se investigue tanto a los críticos del gobierno como a los familiares y amigos del presidente con la misma rigurosidad.
La situación plantea un reto significativo para la credibilidad de la UIF y la administración de AMLO, y pone en el centro del debate la necesidad de fortalecer los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en las instituciones del Estado.