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Desde que cerraron el puente peatonal frente al Hospital General de Pachuca, allá por octubre de 2023, la zona se volvió un verdadero relajo. Tanto los que van caminando como los que van al volante se andan peleando por el paso en plena avenida Francisco I. Madero, y la cosa se pone peor en horas pico. Quienes viven o trabajan por ahí coinciden: la falta de cultura vial y la ausencia de soluciones reales ya están poniendo en riesgo a todos.
Todo comenzó cuando varios usuarios del puente reportaron que la estructura se movía feo, como si se fuera a caer. Ante esto, la Dirección de Protección Civil local hizo una revisión y el 6 de octubre de 2023 decidió cerrarlo por seguridad.
Un mes después, ya en noviembre, le quitaron unas estructuras metálicas que tenía encima y que eran de la empresa Publirex. Según se dijo, el peso de esos anuncios, combinado con el viento, hacía que el puente se tambaleara, lo cual causaba más miedo que confianza entre la gente.
Aunque por un ratito había presencia de policías para ayudar a cruzar, eso duró poco. Esther Arrieta, enfermera del hospital, comentó: “La verdad no sé desde cuándo dejaron de venir, pero ya ni patrullas hay. Solo vienen de vez en cuando, y justo cuando más se necesita, en la mañana o al salir del turno, nadie regula el tráfico”.
La misma enfermera contó que si quiere evitar enfrentarse con conductores que ni siquiera respetan a los peatones, tiene que caminar hasta dos cuadras más, donde sí hay un semáforo. Eso le dobla el tiempo, pero es la única forma segura de cruzar. “Antes solo subía el puente y ya estaba del otro lado, pero ahora los carros ni se detienen, te avientan”, lamentó.
En un recorrido reciente, madres de familia, pacientes, estudiantes y trabajadores fueron captados arriesgándose entre los coches para llegar a su destino. Algunos opinan que un semáforo sería más útil que volver a poner el puente, aunque otros dicen que también eso tiene sus bemoles.
Yaritzi Sarabia, quien lleva semanas cuidando a su hermano hospitalizado, lo expresó claro: “A mí me dan miedo los puentes, pero si es eso o que me avienten el carro, pues ni modo, los uso. Aunque la verdad, muchos que vienen aquí no pueden subir: hay gente con bastón, en sillas de ruedas, abuelitos…”.
Yaritzi propone que si de verdad quieren hacer un nuevo puente, debería tener rampas y ser accesible para todos. Aunque también opina que un semáforo ayudaría más a quienes no pueden andar corriendo o brincando escalones. Sin embargo, choferes del transporte público y automovilistas no están muy de acuerdo con el semáforo, pues dicen que eso solo empeoraría el tráfico.
Y mientras tanto… la gente sigue cruzando como puede. Nadie pone orden y el riesgo de un accidente está latente todos los días. El puente sigue cerrado, y ni el gobierno municipal ni el estatal han dado una solución real.
