Un humilde #ColegioArgentino brilla en el #Mundo: ¡descubre su secreto!

En un barrio de escasos recursos de la provincia de Buenos Aires, el modesto colegio María de Guadalupe ha logrado un hito impresionante: ha sido seleccionado como uno de los cinco mejores colegios del planeta.

Este instituto de gestión privada, que actualmente atiende a alrededor de 700 niños y adolescentes—la mayoría de ellos de familias muy humildes—en el barrio Las Tunas, ha recibido el galardón World’s Best School Prizes en la categoría de “Colaboración con la comunidad.” Este reconocimiento, otorgado por la plataforma británica T4 Education desde 2022, también incluye un premio de US$10,000 para cada escuela galardonada en diversas categorías, como acción ambiental e innovación.

El jurado, compuesto por líderes destacados a nivel mundial, incluyendo académicos y representantes de ONG, ha seleccionado al María de Guadalupe como la única institución en América Latina premiada en esta edición. Además, se trata de la primera escuela argentina en recibir esta nominación.

Luis Arocha, el director del colegio, compartió que esta institución nació hace solo 12 años como parte de un esfuerzo solidario. Un grupo que ofrecía apoyo escolar en el barrio, junto a una organización de la Iglesia Católica, decidió crear una fundación para establecer el colegio.

“La trabajadora social María Paz Mendizabal y el empresario Roberto Souviron, fundador de la agencia de viajes online Despegar, fueron quienes impulsaron la creación de la fundación y, en 2012, abrieron las puertas del colegio con el objetivo de lograr resultados educativos sobresalientes”, explicó Arocha.

Cuando comenzó, el María de Guadalupe tenía solo 150 estudiantes y ofrecía los primeros tres grados de primaria. Para 2016, ya contaba con educación secundaria, y actualmente educa a niños desde la sala de 4 años.

T4 Education destacó que esta escuela ha sido premiada por “empoderar a estudiantes de contextos vulnerables mediante un modelo integral que combina el aprendizaje académico con el desarrollo profesional.”

A continuación, te contamos más sobre las claves del éxito de este colegio en un momento en que la educación argentina atraviesa una crisis profunda, a pesar de haber sido un referente en la región.

Modelo de Inclusión Innovador.

Uno de los aspectos más sobresalientes del María de Guadalupe es su modelo de inclusión innovador. El equipo educativo no solo se dedica a enseñar, sino que también apoya a las familias en su lucha por enviar a sus hijos a la escuela.

Con casi el 53% de la población viviendo en condiciones de pobreza—lo que afecta a 2 de cada 3 niños—el desafío económico es significativo. “El colegio recibe una subvención estatal que cubre el 60% del presupuesto, y otro 30% proviene de padrinos y donantes. Las familias solo deben abonar un 10%“, señaló Arocha. Actualmente, esto se traduce en una cuota mensual de aproximadamente US$36 por una jornada completa de educación primaria, una suma considerablemente menor que en otras instituciones privadas.

“Muchas familias subsisten con trabajos informales, y hay meses en los que no pueden cubrir esa cuota. En esos casos, evaluamos la posibilidad de otorgar una beca”, indicó el director.

Sin embargo, la falta de recursos no es el único obstáculo que enfrentan los estudiantes. También deben lidiar con violencia intrafamiliar y problemas de vivienda. Por ello, el equipo interdisciplinario de trabajadores sociales, psicólogos y psicopedagogos juega un papel crucial.

“Realizamos entrevistas socioambientales a cada familia nueva para identificar problemas significativos”, explicó Arocha. “Buscamos colaborar con el municipio y otras ONG que se enfocan en resolver cuestiones como la vivienda”.

“Sabemos que la mitad de nuestras familias enfrenta hacinamiento y que muchos niños carecen del espacio adecuado para hacer sus tareas, por lo que procuramos que el aprendizaje ocurra principalmente aquí, en la escuela”, añadió.

Desempeño Académico Sobresaliente.

En un país donde, según el observatorio Argentinos por la Educación, solo el 13% de los estudiantes se gradúa de secundaria a tiempo, el María de Guadalupe destaca con un rendimiento impresionante: 99% de sus alumnos culmina el ciclo escolar, y más del 95% lo hace en el tiempo establecido.

“El acompañamiento personalizado es fundamental. Trabajamos intensamente con cada familia y cada niño, conociendo su historia y sin juzgar”, enfatizó Arocha.

En secundaria, donde el problema del abandono escolar es más crítico (cerca del 15% de los chicos deserta), cada estudiante cuenta con un tutor anual que les brinda apoyo ante los retos de la adolescencia.

El colegio logra llevar a cabo esta compleja tarea de acompañamiento a pesar de que la inversión por alumno es similar a la de las escuelas públicas. “En estos colegios que trabajan con poblaciones vulnerables, siempre hay problemas. Puedes ser un bombero y nunca acabar con todos los incendios. Por eso, nuestro trabajo es sistemático y preventivo”, explicó el director. “Las entrevistas socioambientales nos permiten identificar las problemáticas a abordar con cada familia”.

Futuro Brillante

Uno de los aspectos que el jurado del World’s Best School Prizes resaltó es la alta tasa de graduados que continúan estudios universitarios o consiguen empleo tras finalizar sus estudios. Según datos del colegio, casi el 50% de sus exalumnos se inscriben en educación superior, el doble de la media nacional para esa franja social.

Mientras tanto, el 87% trabaja o estudia, un porcentaje que también supera la media nacional del 75%.

Esto se debe, en parte, a que la mayoría de los estudiantes del María de Guadalupe culminan su formación con conocimientos sólidos, algo que lamentablemente no sucede en muchas otras escuelas argentinas. En las pruebas Aprender, la mitad de los niños de sexto grado no comprenden Matemáticas, y un tercio no logra entender lo que leen.

En cambio, en 2021, el 70% de los estudiantes de sexto del María de Guadalupe superó la prueba de Matemáticas y el 69% la de Lengua.

Pero el colegio va más allá, brindando herramientas para facilitar la inserción en el ámbito universitario o laboral tras graduarse. “Eso es lo que más nos enorgullece”, dice Arocha, consciente de las escasas oportunidades que suelen tener los jóvenes de orígenes humildes.

“Se debe a un trabajo intenso a lo largo de toda la trayectoria escolar en áreas fundamentales: Matemáticas, Lengua, currículum digital y habilidades socioemocionales.”

En secundaria, la escuela ofrece programas de orientación vocacional, mentoría e inclusión laboral, permitiendo a los estudiantes especializarse en programación, realización audiovisual, administración o medio ambiente.

“Muchos de nuestros egresados se insertan en carreras tecnológicas, y varios terminan estudiando en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que está cerca”, comentó con satisfacción.

Arocha también revela que el colegio planea usar el premio de US$10,000 para adquirir nuevas computadoras.

El éxito del colegio no solo se mide por el rendimiento de sus graduados, sino también por la gran demanda que tiene. “Por cada niño que entra a sala de 4, hay seis que quedan fuera”, lamenta el director.

Sin embargo, se muestra esperanzado en que, en el futuro, haya más colegios como este. De hecho, la Fundación María de Guadalupe (MDG) se fundó con el propósito de replicar la primera escuela, y ya ha inaugurado una segunda, el colegio Rosario Vera Peñaloza en Garín, otra zona necesitada de Buenos Aires.

Autor Itzel G. Bandala

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