En lo profundo del Chaco paraguayo, donde el calor y el lodo hacen combo perfecto, un pueblo entero lleva 25 años peleando por algo tan básico como el derecho a su hogar. ¿La razón? Puerto Casado, con sus 7 mil habitantes, fue vendido en el año 2000 a la secta Moon, una organización religiosa de origen surcoreano que se quedó no solo con tierras… sino con casas, escuelas y hasta la iglesia ⛪.

Alcides Manena, periodista local de 43 años, recuerda ese golpe como si fuera ayer. En su modesta casa de ladrillo, junto a su esposa Eva Noguera, revisa fotos en su laptop mientras afuera todo sigue cubierto de lodo tras una lluviecita de esas que no perdonan. Las imágenes son de la famosa Gran Marcha de 2005, cuando él y cientos de vecinos caminaron ¡630 kilómetros hasta Asunción!, bajo sol y lluvia, cargando banderas y tamboriles. ¿Su reclamo? ¡Que les devuelvan lo que siempre fue suyo!
“Nos vendieron como si fuéramos parte del combo: casas, cultivos, animales… todo”, dice Alcides, con voz firme.
Este pueblo no nació como cualquiera. Fue fundado en 1886 por Carlos Casado de Alisal, un empresario argentino que explotó el tanino del quebracho como si no hubiera un mañana. La empresa que montó duró más de un siglo, acumulando más de 5 millones de hectáreas 🌳, y dejando al pueblo en manos privadas desde el inicio.
Pero cuando el tanino dejó de ser negocio, Casado decidió vender… y ahí fue cuando llegó la secta Moon, comprando tierras y patrimonio sin consultar a nadie.
“Aquí nadie tenía papeles de propiedad”.
Aunque muchos viven desde hace generaciones en sus casas, nadie tiene títulos legales. Eso ha dejado a las familias sin acceso a créditos, sin ayudas del Estado y siempre bajo amenaza de desalojo. “Pero aquí nadie se rinde, ni aunque venga una orden judicial”, advierte Alcides.

En 2005, los vecinos organizaron cuatro marchas hacia la capital, exigiendo que el Estado les reconozca como dueños de sus tierras. Aunque ha habido promesas, la situación sigue igual: abandono, incertidumbre y nada claro.
El padre Zislao Ksiasek, un sacerdote salesiano que vive allí desde hace 40 años, también alza la voz. En su parroquia, donde guarda fotos, planos y recortes de prensa, afirma que los obreros vivían casi en esclavitud. “Este pueblo fue olvidado por el Estado. Solo tenía patrón”, dice.
Un “Estado paralelo” en pleno siglo XXI. 🏴
Los expertos aseguran que Puerto Casado funcionó por décadas como un país dentro de otro. El patrón controlaba todo: salarios, alimentos, permisos y hasta la justicia local. Según los sociólogos Julio Espínola y Carlos Aníbal Pérez, esto se originó tras la guerra de la Triple Alianza, cuando Paraguay, derrotado y en bancarrota, empezó a vender terrenos del Chaco para pagar deudas. Así, los dueños tenían carta blanca para manejar el territorio a su antojo.
Y aunque ya no hay taninera, los problemas siguen igual o peor. Sin ingresos, sin papeles, y con el temor de ser desalojados por la secta Moon, que asegura que su intención no es expulsar a todo el pueblo, pero sí reconoce que “hubo invasiones” a sus terrenos.
Los casadeños no se quedaron callados: cuando los representantes de la secta llegaron en avión al pueblo… les retuvieron la aeronave durante horas como señal de protesta ✈️😤.
✊🏽 Puerto Casado resiste.
Hoy, este pueblo sigue de pie. Con calles sin pavimentar, casas modestas y una historia marcada por el abandono estatal, los casadeños siguen luchando para que el lugar donde nacieron y crecieron sea por fin suyo.

“Pensamos que nos convertiríamos en un pueblo fantasma… pero aquí seguimos”, dice Alcides con una sonrisa que mezcla orgullo y rabia contenida.
¿Y tú, team noticias? ¿Qué opinas de esta historia? ¿Se puede vender un pueblo como si fuera una finca cualquiera? 😡 Déjanos tus comentarios y sigamos difundiendo esta historia que no debe quedar en el olvido.
#PuertoCasado #SectaMoon #ChacoParaguayo #TierraParaLosQueLaTrabajan 🏠✊🏽📢