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El pasado 2 de agosto, el Santuario de la Virgen de los Ángeles en Tulancingo se llenó de devoción y entusiasmo. Centenares de fieles llegaron de diversos municipios para celebrar el día de la Virgen con gran fervor.
Con estandartes y figuras religiosas en mano, los católicos asistieron para recibir la bendición de sus imágenes, que luego serán colocadas en altares en sus hogares. La celebración estuvo marcada por una mezcla de flores, veladoras y cánticos, con un coro que animaba a la multitud, mientras los adultos mayores se dedicaban a venerar a la Virgen.
La misa solemne fue presidida por Monseñor Domingo Díaz Martínez, ex arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, acompañado por párrocos y seminaristas. En su homilía, animó a todos los presentes a fortalecer su fe y ser buenos cristianos.
El párroco Arturo Jiménez también aprovechó la ocasión para recordar a las familias la importancia de valorar y amar a las madres de cada hogar, resaltando su papel como símbolo de bondad y sacrificio, al igual que la Virgen.
La festividad, que es un evento anual destacado en Tulancingo, vio la llegada de peregrinos de Puebla, Veracruz y varios municipios hidalguenses, incluyendo grupos de pueblos originarios que hicieron largas travesías para estar presentes en el santuario.
