Xi Jinping, el presidente de China, ha decidido no asistir a la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EE. UU., pero ha optado por enviar a Han Zheng, su vicepresidente, como representante especial en su lugar. 🛫
La decisión se dio a conocer el viernes por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, más de un mes después de que Trump extendiera una invitación inusual a Xi, algo nunca antes visto, ya que hasta el momento ningún líder mundial había asistido personalmente a la ceremonia de juramentación en EE. UU.
El portavoz del ministerio comentó que China está lista para trabajar con el nuevo Gobierno de EE. UU. para fortalecer el diálogo y la comunicación, manejar las diferencias de manera adecuada, y buscar una relación “estable, saludable y sostenible” entre ambas naciones. Según ellos, la idea es mejorar las relaciones y encontrar el camino correcto para llevarse bien.
Otros líderes internacionales también han confirmado su asistencia, como el presidente de Argentina, Javier Milei, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. De igual forma, se han pronunciado las oficinas de los presidentes de Ecuador, Daniel Noboa, y Paraguay, Santiago Peña, quienes aseguraron que estarán presentes en la ceremonia.
Sun Yun, experto del Stimson Center en Washington, mencionó que la decisión de Xi podría interpretarse como una forma de que China esté dispuesta a dejar de lado ciertos protocolos para satisfacer las expectativas de Trump. “Esto muestra que China está dispuesta a negociar y llegar a acuerdos”, afirmó Yun.
Por su parte, Danny Russel, de la Asia Society Policy Institute, comentó que Beijing está evitando un mal momento al enviar a Han en lugar de Xi. “No hay forma de que Xi Jinping se convierta en una mera figura decorativa en la toma de posesión de Trump”, escribió Russel. Añadió que la misión de Han es principalmente simbólica, sin una agenda significativa.
Este gesto de Han Zheng se produce en un contexto donde la rivalidad entre EE. UU. y China está a punto de subir de nivel. Varios de los nominados por Trump para su gabinete son conocidos por ser duros con China, como el senador Marco Rubio, quien calificó a China como “el adversario más peligroso y potente al que se ha enfrentado EE. UU.” en su audiencia de confirmación.
A pesar de los choques, Beijing prefiere las conversaciones a nivel de líderes, mientras que Trump tiene más afinidad por tratar directamente con otros jefes de Estado.
Xi ha evitado eventos como la coronación del rey Carlos III, el funeral de la reina Isabel II y la misa en honor a Nelson Mandela, siempre enviando a representantes en su lugar. Su vicepresidente, Han Zheng, fue quien lo representó en la coronación de Carlos III.