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El secretario general, Antonio Guterres, destacó la necesidad de una verdadera pausa humanitaria mientras se llevan a cabo intensas negociaciones para prolongar la tregua actual. Guterres subrayó que el 80% de la población de Gaza ha sido desplazada desde el inicio de los bombardeos israelíes el 7 de octubre. También señaló la insuficiencia de la resolución 2712 y denunció la muerte de 111 trabajadores de la ONU en el conflicto.
El ministro palestino de Exteriores, Riyad Maliki, advirtió sobre una amenaza existencial para su pueblo y afirmó que Israel no podrá desarraigar a los palestinos de su territorio. Con más de 15 mil palestinos muertos, calificó las acciones israelíes como crímenes sin precedentes en la historia moderna. Maliki expresó la disposición de los palestinos a colaborar en un proceso político para establecer un Estado independiente.
En respuesta, el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, afirmó que apoyar un alto el fuego equivale a respaldar el reinado de terror de Hamas en Gaza. Criticó la falta de condena a los “crímenes salvajes” de Hamas por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
El canciller chino, Wang Yi, presidió la reunión del Consejo de Seguridad y advirtió sobre el riesgo de un desastre regional si los combates se reanudan. China reiteró su apoyo a una solución de dos estados y expresó la esperanza de que la tregua actual conduzca a un alto el fuego integral y duradero.
En el ámbito de la salud, la Organización Mundial de la Salud instó a proteger la vulnerable infraestructura sanitaria en Gaza y advirtió sobre el riesgo de epidemias debido a las dificultades para detectar enfermedades infecciosas. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, señaló que solo 15 de los 36 hospitales en Gaza siguen funcionando y están completamente desbordados.
