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El ejército israelí llevó a cabo una operación en el norte de Cisjordania reocupada, resultando en el fallecimiento de cinco jóvenes palestinos, elevando la cifra de palestinos abatidos a más de 255 desde el inicio de la guerra el pasado 7 de octubre. Los asesinatos tuvieron lugar en varias ciudades cisjordanas, y las autoridades palestinas denunciaron que los cadáveres fueron confiscados por las fuerzas israelíes. Además, se reportaron 26 heridos y alrededor de 30 arrestos durante la operación.
En respuesta a estos eventos, el presidente de Palestina, Mahmoud Abbas, reafirmó su oposición a los planes de Israel para separar, ocupar o aislar partes de la Franja de Gaza. Las delegaciones de Palestina e Israel intercambiaron acusaciones de genocidio en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Este intercambio de señalamientos se dio en vísperas del 75 aniversario de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU, adoptada el 9 de diciembre de 1948.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió sobre el riesgo de una escalada de violencia en la Cisjordania reocupada, especialmente en Jerusalén, donde se ha observado un aumento de la violencia. Durante una conversación telefónica con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, Abbas subrayó que toda la Franja de Gaza es parte integral del Estado palestino y solicitó urgentemente aumentar la ayuda humanitaria para la región. En tanto, representantes israelíes y palestinos intercambiaron acusaciones en Ginebra, destacando visiones opuestas sobre los eventos del 7 de octubre.
