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La estabilidad de dos partidos políticos clave, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), está pendiendo de un hilo después de una serie de desastrosas actuaciones en elecciones recientes.
Ambas instituciones, arraigadas en la política nacional, están luchando por mantener su existencia mientras enfrentan una consistente debacle en el ámbito electoral. Ahora, en las próximas elecciones, están desesperadamente buscando alcanzar el umbral del 3 por ciento de votos para asegurar su supervivencia.
El PRD ha experimentado una dramática caída en su apoyo electoral desde su división interna después de las elecciones de 2012, que allanaron el camino para el surgimiento de Morena. Este declive se ha reflejado especialmente en las elecciones locales, donde el partido ha fracasado en alcanzar el 3 por ciento requerido para mantener su registro en 17 estados.
Por otro lado, el PT, que ha dependido en gran medida de alianzas políticas para mantenerse a flote, enfrenta una situación igualmente precaria. Aunque ha logrado formar parte de la coalición gobernante, su desempeño en las urnas ha sido decepcionante, y en varias entidades no ha alcanzado el umbral requerido para mantener su registro.
A pesar de los esfuerzos por mantener su influencia mediante alianzas estratégicas, tanto el PT como el PRD se enfrentan a una situación crítica que podría llevarlos al borde de la extinción. A medida que se acercan las próximas elecciones, el futuro de estos partidos políticos pende de un hilo y su supervivencia está en juego.
