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La búsqueda de estrategias para fortalecer la acuacultura frente al estiaje se encuentra en marcha en Hidalgo. La Secretaría de agricultura y desarrollo rural del estado (Saderh) está trabajando en colaboración con centros de investigación para contrarrestar los efectos del estrés hídrico y la escasez de lluvias que amenazan con afectar gravemente esta importante actividad económica.
Según la Dirección de Acuacultura y Pesca de la Saderh, el riesgo de perder o reducir las actividades de acuacultura y pesca es inminente debido a la falta de agua, lo cual afecta no solo a este sector, sino también a otros sectores económicos. Esta situación se refleja a nivel mundial, impactando a productores pesqueros de todos los tamaños, desde pequeños hasta grandes.
Hasta la fecha, no se ha informado sobre el cierre o la disminución de la producción de ningún productor registrado en la Saderh debido a la sequía. Sin embargo, según datos previos a la veda electoral, en el estado existen 595 granjas acuícolas y mil 216 cuerpos de agua registrados, lo que suma un total de mil 811 Unidades de Producción Acuícola distribuidas en 75 municipios.
Dentro de este padrón, hay 426 mujeres y 884 hombres involucrados en la cría y reproducción de especies como la Tilapia, Carpa, Trucha y Bagre, destinadas al consumo humano y comercializadas localmente en mercados y negocios.
Para hacer frente a un posible escenario adverso debido a la sequía, la Saderh está buscando convenios de colaboración con centros de investigación y educativos para desarrollar estrategias de investigación que fortalezcan el aprovechamiento sustentable del agua en la acuacultura.
Por otro lado, algunos productores están implementando técnicas de recirculación de agua para optimizar su uso en la producción acuícola. En lugares como Zembo en Huasca, esta práctica se ha llevado a cabo durante más de una década, lo que ha permitido afrontar la escasez de agua reciclando el líquido utilizado en la cría de peces y actividades comerciales, además de impulsar el turismo.
A lo largo de los años, se ha observado que algunas Unidades de Producción Acuícola han detenido sus operaciones debido a la falta de agua, y en ocasiones resulta difícil reactivarlas, ya que dependen principalmente de acuíferos o escurrimientos pluviales.
Según la Saderh, el 90% de las unidades registradas en el censo estatal necesitan implementar métodos para optimizar el uso del agua en sus estanques o cuerpos de agua. Sin embargo, aún no se puede determinar cuántas unidades podrían verse afectadas por una reducción en sus actividades debido a la incertidumbre en torno a las precipitaciones para este año.
Se espera que en el primer semestre del año se pueda tener una idea más clara de cuántas unidades podrían detener sus operaciones o funcionar de manera intermitente debido a la escasez de agua. Esto podría resultar en la interrupción de ciclos de cultivo y la necesidad de recurrir a otras actividades económicas, como la agricultura, que también requiere de agua.
En lugares como la presa de Zimapán, donde se congregan alrededor de 400 productores de Tilapia, la situación es particularmente desafiante, ya que dependen de las aguas negras de la Ciudad de México. Sin embargo, se ha implementado un estricto monitoreo para garantizar la seguridad alimentaria de los productos comercializados, cumpliendo con los estándares sanitarios y normativas establecidas por la Saderh y otras entidades reguladoras.
