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En medio del creciente impacto de la inteligencia artificial, que suscita tanto entusiasmo como inquietud, la Asamblea General de la ONU ha solicitado la creación de “normativas” a nivel internacional en lo que representa la primera resolución sobre este tema delicado.
Esta resolución, elaborada por Estados Unidos y respaldada por numerosos países, ha sido adoptada por consenso tras varios meses de negociaciones.
El texto, que excluye la IA militar, enfatiza “la necesidad de establecer estándares que aseguren la seguridad y confiabilidad de los sistemas de inteligencia artificial”.
El objetivo principal radica en “fomentar, en lugar de obstaculizar, la transformación digital y el acceso equitativo a los beneficios derivados de estos sistemas”, con miras a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, buscando garantizar un futuro más prometedor para toda la humanidad.
“Nos encontramos en un momento crucial. La inteligencia artificial plantea desafíos universales y existenciales”, manifestó la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien respalda el texto.
El documento destaca las amenazas planteadas por tecnologías diseñadas o utilizadas “con intenciones incorrectas o con la finalidad de causar daño”.
La irrupción de sistemas como ChatGPT, desarrollado por la empresa californiana OpenAI, capaz de generar discursos, poemas o realizar traducciones en cuestión de segundos, ha ampliado el enfoque en la regulación de la IA, mostrando tanto su potencial como sus riesgos para la democracia. Esto, especialmente en un año en el que gran parte del mundo se prepara para elegir a sus líderes, y con la difusión de imágenes y videos falsos que pueden manipular la opinión pública y afectar la vida de las personas.
Por lo tanto, se reconoce que sin “medidas de protección”, la IA podría socavar los derechos humanos, perpetuar prejuicios y discriminación, y poner en peligro la protección de datos personales.
En este sentido, se insta a todos los Estados miembros y otras partes interesadas a “abstenerse de utilizar sistemas de inteligencia artificial que no respeten los derechos humanos o que presenten riesgos excesivos para su ejercicio”.
La resolución se centra principalmente en los posibles beneficios de la IA para el desarrollo, comprometiéndose a reducir la brecha digital entre países y dentro de estos.
La embajadora estadounidense recalcó que la IA “ofrece amplias oportunidades para acelerar nuestro trabajo hacia la erradicación de la pobreza, salvar vidas, proteger nuestro planeta y promover un mundo más seguro y equitativo”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien ha destacado la importancia de regular la IA, propuso la creación de una entidad similar al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Resaltando las amenazas que representan la desinformación y los prejuicios, Guterres alertó recientemente sobre los “sesgos” en tecnologías diseñadas principalmente por hombres, ignorando las necesidades y derechos de las mujeres.
En este contexto, varios Estados miembros de la ONU, incluidos Estados Unidos, China y Corea del Sur, compiten por liderar este debate social.
En octubre pasado, la Casa Blanca presentó normas y principios para asegurar que Estados Unidos sea un líder en la regulación de la IA, y el presidente Joe Biden ha enfatizado la necesidad de “gobernar” estas tecnologías.
El Parlamento Europeo aprobó el 13 de marzo la primera ley en el mundo para regular el uso de la inteligencia artificial en la Unión Europea.
