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Durante la temporada de Semana Santa, las pescaderías en la zona metropolitana de Pachuca experimentaron una gran afluencia de clientes, principalmente amas de casa, que buscaban los mejores precios para seguir las tradiciones religiosas. Los establecimientos cercanos a la Central de Abastos fueron los más concurridos, con largas filas de compradores.
En un recorrido realizado por nuestra agencia, se observó que los precios de los productos marinos variaban considerablemente. El kilo de camarón oscilaba entre 175 y 200 pesos, dependiendo de su tamaño, mientras que la mojarra fue uno de los productos más solicitados, con un precio entre 90 y 95 pesos por kilo.
“Nosotros venimos por seis kilos de mojarra para toda la familia. Son días en los que, además de ir a la iglesia, tratamos de convivir todos juntos”, compartió Faustina Jiménez, una de las compradoras.
Por otro lado, algunos clientes mencionaron que, además de seguir la tradición de no consumir carne, optaban por los productos marinos debido a que su precio no difería tanto de otras proteínas animales, que tienden a encarecerse durante esta temporada.
“Todo está caro. Hacer un pollo en chile sale más caro y el jitomate está por los cielos. Por eso, en estos días preferimos productos más frescos y que no consumimos a diario”, explicó Ofelia Hurtado, mientras esperaba para hacer su pedido.
Sebastián Gutiérrez, otro de los clientes, comentó que durante estos días aprovechaba para vender filetes fritos cerca de algunos recintos religiosos, lo que le permitía obtener ingresos adicionales para su hogar.
De acuerdo con la tradición religiosa, la abstención de carne durante la última semana de Cuaresma y el Viernes Santo se realiza para honrar los últimos días de Jesús en la tierra, cuando pasó 40 días en el desierto sin ingerir alimento ni bebida. Este tiempo litúrgico es utilizado por los creyentes para practicar el ayuno y la abstinencia.
