amaneciendo.com.mx Tu ventana al mundo
En los últimos días, diferentes municipios de Hidalgo fueron testigos de la representación de la pasión de Cristo, una tradición arraigada que se lleva a cabo año tras año en la región.
En el Barrio Mágico de El Arbolito, en la ciudad de Pachuca, se conmemoraron 55 años de esta celebración de la Semana Santa con la realización del viacrucis viviente, una muestra de devoción y fervor religioso que reunió a miles de visitantes.
La representación comenzó a las 11 de la mañana y contó con la presencia de aproximadamente tres mil personas, quienes se congregaron para presenciar esta emotiva ceremonia religiosa.
El recorrido, que duró casi tres horas, partió de la Catedral Metropolitana, donde una procesión llevó las imágenes de Jesús cargando su cruz, acompañado de María Doliente. Durante las 14 estaciones del viacrucis, Monseñor Domingo Díaz brindó reflexiones sobre temas como el respeto a la mujer, la importancia de la unidad familiar y la necesidad de fomentar el perdón.
En otras localidades como Cubitos y Cuauhtémoc, también se llevaron a cabo representaciones del viacrucis, congregando a miles de fieles en cada una de ellas. En Cubitos, se destacó la participación de más de 10 mil personas, mientras que en Cuauhtémoc se integraron elementos contemporáneos a la representación, abordando problemáticas actuales como el alcoholismo y la maternidad soltera.
En Agua Blanca de Iturbide, más de un centenar de católicos se unieron al viacrucis que recorrió las principales calles del municipio, recordando los momentos más significativos de la pasión y muerte de Jesucristo.
Por su parte, en Tula de Allende, se llevó a cabo una representación con más de treinta actores locales, recreando con gran realismo los episodios de la vida de Jesús desde su juicio hasta su crucifixión, con el objetivo de transmitir un mensaje de reflexión y espiritualidad a la comunidad.
Finalmente, en Chilcuautla, los “sayones”, personajes tradicionales que protegen al “Santisimo” durante la semana santa, desempeñaron un papel crucial en la preservación de esta costumbre religiosa y prehispánica, fortaleciendo así la identidad cultural del municipio.
