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En una atmósfera cargada de tensión y expectativa, el ex presidente Donald Trump se enfrenta al inicio del primer juicio criminal en la historia de Estados Unidos para un ex mandatario. El proceso, que tiene lugar en Nueva York, se centra en acusaciones de intento de encubrimiento de pagos a una estrella de cine para adultos, Stormy Daniels, en un intento por silenciar acusaciones de una relación extramarital.
El juez Juan Merchan ha iniciado el complejo proceso de selección del jurado, con el desafío de encontrar ciudadanos imparciales dispuestos a evaluar los 34 cargos criminales en su contra. Esta tarea se vuelve aún más difícil dada la intensa polarización política en torno a Trump y su controvertido legado.
Trump, por su parte, ha utilizado el juicio como una plataforma para su campaña política, aprovechando los reflectores para promover su mensaje y solicitar apoyo financiero. Su salida del tribunal fue seguida de cerca por sus partidarios, quienes ondeaban banderas y expresaban su lealtad al ex presidente.
Sin embargo, fuera del tribunal, una mezcla de partidarios y detractores se congregaron, reflejando la profunda división que caracteriza a la política estadounidense en la era post-Trump. Mientras algunos lo defendían con fervor, otros exigían justicia y denunciaban sus acciones pasadas.
Entre los testigos que se presentarán durante el juicio se encuentran figuras destacadas como Stormy Daniels, Michael Cohen y Karen McDougal, quienes ofrecerán evidencia crucial contra el acusado. El juicio, que se espera que sea largo y complejo, es solo el primero de los cuatro procesos penales que enfrenta Trump, con un total de 88 cargos en su contra.
El mundo observa con atención este inédito proceso judicial, que podría tener repercusiones significativas tanto para Trump como para el sistema político estadounidense en su conjunto. A medida que avanza el juicio, todos aguardan con expectación las revelaciones y los veredictos que puedan surgir en las próximas semanas.
