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Ni la administración local ni el Gobierno estatal dieron luz verde al evento, sin embargo, los organizadores decidieron proceder en secreto.
El domingo 5 de mayo, durante la festividad de Santa Mónica en Epazoyucan, tres personas perdieron la vida, incluido un menor de edad. Según las autoridades municipales, esto ocurrió durante un evento de “arrancones” entre camiones, cuando uno de ellos perdió el control y atropelló a la multitud. Se ha revelado que el evento se realizó sin ningún permiso, dejando la zona sin seguridad y sin equipos de rescate adecuados. Doce personas resultaron heridas, pero ninguna de gravedad.
En el lugar del accidente persisten las pruebas de lo que sucedió: consumo excesivo de alcohol, falta de barreras de seguridad y una carretera estrecha donde apenas cabían los camiones. La multitud estaba cerca, grabando y animando como en las películas de “Rápidos y Furiosos”.
Sin embargo, no fue una ficción; un enorme camión arrebató la vida de un niño de 12 años que estaba en la línea de meta, una mujer de 42 años que daba indicaciones por radio y un joven de 22 años que también estaba involucrado en la organización del evento.
Entre el caos, quedaron esparcidas las mantas que cubrieron los cuerpos una vez confirmadas las muertes, junto con los zapatos de los heridos y fallecidos, así como otros objetos lanzados por el impacto: ropa, botellas e incluso una gorra verde militar con la inscripción “El Chapo”.
A pocos metros del lugar del accidente, los trabajadores de la feria desmantelaban las gradas como si nada hubiera pasado.
Actividad ilegal Según el alcalde de Epazoyucan, Luis Antonio Montiel Castelán, la feria tradicional de Santa Mónica incluye varios eventos, en los cuales el ayuntamiento participa. Sin embargo, cuando el organizador Refugio Sánchez solicitó permiso para los arrancones, este le fue negado tanto por el ayuntamiento como por el Gobierno estatal, quienes consideraron el riesgo involucrado.
A pesar de la negativa, los organizadores decidieron proceder con el evento. “Inicialmente dijeron que solo harían una comida, pero luego, al final de la tarde, organizaron los arrancones. No teníamos seguridad porque no estábamos informados de que se llevaría a cabo. Llegamos solo cuando nos llamaron pidiendo ayuda con ambulancias”, afirmó el alcalde.
Por su parte, el jefe de seguridad pública del municipio, Nemesio García Cabrera, explicó que brindaron escolta a la caravana de la feria, pero se retiraron cuando los organizadores indicaron que había concluido. Sin embargo, más tarde observaron camiones estacionados en el barrio La Trinidad. “Nos dijeron que ahí sería la comida y nos retiramos. Posteriormente, de manera clandestina, utilizaron la calle Lázaro Cárdenas para realizar los arrancones”, agregó.
