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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desestimó las acusaciones contra Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, calificándolas como una calumnia. Las acusaciones fueron realizadas por la candidata presidencial de oposición, Xóchitl Gálvez, durante el tercer debate presidencial.
En su conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador afirmó que Delgado debe resolver estas acusaciones por su cuenta. El presidente añadió que estas acusaciones son parte de una campaña de difamación que ya no tiene efecto en la opinión pública.
López Obrador también mencionó que medios de comunicación, como Televisa, están involucrados en campañas de desinformación, citando el caso de Rocío Nahle, exsecretaria de Energía, quien también ha sido objeto de acusaciones sin pruebas.
Durante el tercer debate presidencial, Gálvez defendió su uso del término “narcopartido” para referirse a Morena, afirmando que agencias de seguridad de Estados Unidos están investigando a Mario Delgado por comercio ilegal de combustible, conocido como huachicoleo. Según Gálvez, Delgado está asociado con Arturo Carmona, el llamado Rey del Huachicol, y juntos introdujeron gasolina y diésel ilegal desde Estados Unidos a México, evadiendo impuestos por un valor de 700 mil millones de pesos.
Mario Delgado negó las acusaciones durante una entrevista en Nmás, desafiando a Xóchitl Gálvez a probar sus afirmaciones. Delgado consideró que estas acusaciones reflejan la decadencia de la derecha en México y señaló que no tiene ninguna investigación en su contra en Estados Unidos. Indicó que planea consultar con el gobierno estadounidense para verificar la veracidad de las acusaciones de Gálvez.
En resumen, tanto López Obrador como Mario Delgado han rechazado rotundamente las acusaciones de huachicoleo, calificándolas de calumnias sin fundamento.
