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Cada año, el tercer domingo de junio marca una fecha muy especial en México: el Día del Padre, una ocasión dedicada a reconocer y honrar la figura paterna en la vida familiar.
Aunque esta celebración no genera el mismo fervor que otras, como el Día de la Madre, es una ocasión significativa para muchas familias mexicanas, quienes se reúnen para expresar su gratitud hacia los padres por sus sacrificios constantes. Pero, ¿cuál es el origen de esta festividad en México?
La historia se remonta al inicio del siglo XX, con una serie de teorías sobre su surgimiento. Sin embargo, la versión más conocida y aceptada proviene de Estados Unidos, específicamente de Sonora Smart Dodd, quien abogó por establecer un día para honrar a los padres, inspirada por el éxito del Día de la Madre.
El 19 de junio de 1909, en la Ciudad de Washington, Sonora Smart Dodd, hija de Henry Jackson Smart, un veterano de la Guerra Civil, propuso oficialmente la celebración del Día del Padre. Dodd quería destacar el papel crucial de los hombres que, como su propio padre, desempeñaban roles duales como padres y madres.
En México, la celebración ganó popularidad gracias a Carmelita Tostado de La Laguna, quien se cuestionó por qué no existía un día similar para honrar a los padres. Inspirada por su propio padre, Don Pedro Tostado Ontiveros, un dedicado telegrafista que recorrió gran parte de México, Carmelita inició una campaña para reconocer la paternidad.
Después de dos años de esfuerzo, su propuesta fue finalmente aprobada, estableciendo que el tercer domingo de junio sería oficialmente el Día del Padre en México, a partir del 15 de junio de 1946.
Así, cada año, las familias mexicanas se unen para celebrar esta fecha especial, dedicada a aquellos hombres que desempeñan un papel fundamental en la vida de sus hijos y en la estructura familiar.
