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En el ámbito de las uniones matrimoniales espectaculares, pocas pueden igualar las megabodas de los ultrarricos de la India.
Las miradas ahora están puestas en la celebración entre Anant Ambani, heredero multimillonario, y Radhika Merchant, quienes celebran este fin de semana en un evento deslumbrante al que se espera asistan miles de invitados.
El revuelo recuerda a 2018, cuando Isha Ambani, hermana de Anant y ambos hijos del magnate más rico de Asia, Mukesh Ambani, contrajo matrimonio con Anand Piramal, hijo de otro prominente multimillonario, un evento que incluso incluyó un exclusivo show privado de Beyoncé. En la misma época, Bollywood y Hollywood se fusionaron en la boda entre Priyanka Chopra y Nick Jonas.
Pero las extravagancias nupciales no se limitan solo a las élites. En un país que celebra hasta 12 millones de bodas al año, las clases medias emergentes también organizan ceremonias cada vez más ostentosas para subrayar su estatus.
Según estimaciones del sector en 2019, la industria nupcial en la India está valorada entre US$ 40.000 millones y US$ 50.000 millones, marcando un notable crecimiento desde los US$ 25.500 millones reportados en 2012. Casi la mitad del oro adquirido en el país anualmente se destina a artículos usados en ceremonias matrimoniales.
Para la socióloga Parul Bhandari, investigadora visitante en St. Edmund’s College de la Universidad de Cambridge, las bodas en la India son mucho más que una unión entre dos personas. “Representan la unión de familias, linajes e incluso comunidades más amplias, marcando un importante rito de paso que define el estatus económico, social, político y real de los individuos”.
Según Bhandari, el aumento de las ceremonias extravagantes está vinculado con el creciente consumismo y la influencia cultural de Bollywood.
Para quienes pueden permitirse celebraciones en palacios deslumbrantes, el estado de Rajasthan, conocido por su herencia real, es un destino altamente solicitado para bodas, señaló Bhavnesh Sawhney, director de la firma de planificación de bodas Wedniksha con sede en Mumbai.
“Rajasthan mantiene numerosas tradiciones ancestrales”, afirmó Sawhney. “Sus majestuosos fuertes y palacios no solo sirven como impresionantes escenarios, sino que también aportan un auténtico toque cultural a las ceremonias”.
El año pasado, el Ministerio de Turismo lanzó una campaña para promover la India como destino de bodas, destacando 25 destinos clave en todo el país.
“Invitamos a parejas de todo el mundo a descubrir los encantadores destinos de bodas de ensueño en nuestra increíble nación”, expresó G. Kishan Reddy, entonces ministro de Turismo.
“Desde paisajes impresionantes hasta tradiciones sagradas, desde delicias culinarias tentadoras hasta infraestructura de vanguardia, esta campaña captura la esencia de la grandeza de la India, invitando a las parejas a decir ‘Sí, quiero’ en un entorno que va más allá de la imaginación”, destacó la campaña que promueve la fusión de la antigua herencia india con la elegancia moderna.
“Pero la tendencia actual es buscar calidad sobre cantidad”, señaló Priyanka Gupta, principal planificadora de bodas en My Shaadi Wale Wedding, con sede en Bangalore.
Gupta estima que las familias de clase alta gastan en promedio US$ 400 por invitado por día. Las bodas más suntuosas pueden alcanzar los US$ 2.000 por invitado por día.
Independientemente del estatus social, las bodas indias suelen extenderse varios días, impulsadas por el orgullo cultural y las complejas tradiciones, explicó Sawhney.
A pesar de las críticas por su ostentación, las megabodas continúan captando la atención global, proyectando a la India como un símbolo de lujo y grandeza.
