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Después de intensas semanas de resolución de problemas y pruebas exhaustivas para identificar las fallas en la nave espacial Starliner de Boeing, NASA y Boeing aún no han logrado definir una fecha concreta para el retorno de los astronautas a bordo en su primer vuelo tripulado de prueba. La nave, que está en órbita en la Estación Espacial Internacional (EEI), enfrenta incertidumbre mientras los ingenieros siguen buscando respuestas definitivas.
Las investigaciones recientes han arrojado pistas sobre los problemas que surgieron durante la primera fase de la misión, tales como fugas de helio y propulsores que dejaron de funcionar inesperadamente. Estas pruebas se llevaron a cabo en un sitio de prueba en Nuevo México, donde los ingenieros encendieron los motores de prueba más de 1,000 veces para simular las condiciones que enfrentaron los propulsores del Starliner durante su lanzamiento y retorno.
El objetivo era entender mejor por qué los propulsores se apagaron de manera abrupta y evaluar los riesgos asociados al reinicio de estos motores. Según Mark Nappi, gerente del Programa de Tripulación Comercial de Boeing, estas pruebas podrían haber revelado que el calor acumulado en los propulsores estaba causando que los sellos de teflón se hincharan y restringieran el flujo de combustible.
El avance en la comprensión de estos problemas ha llevado a Boeing y NASA a reconsiderar la opción de que los astronautas manejen manualmente la nave durante el regreso. Steve Stich, gerente del programa de tripulación comercial de la NASA, explicó que las maniobras manuales podrían ejercer presión adicional sobre los propulsores.
Aunque las pruebas en tierra han proporcionado nuevas perspectivas, los funcionarios aún no han decidido si el mismo Starliner que llevó a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a la EEI será el encargado de traerlos de vuelta. La NASA aún considera varias opciones de contingencia en caso de que el Starliner no reciba la aprobación final para el retorno.
Williams y Wilmore llegaron a la EEI el 6 de junio, con una misión originalmente planificada para una semana, pero hasta el jueves, los astronautas han estado en el espacio durante unos 50 días. La NASA había indicado previamente que el Starliner podría permanecer en el espacio hasta 90 días.
Por otro lado, se han hecho progresos en entender las fugas de helio que afectaron la primera fase del viaje. Sin embargo, se realizarán más pruebas este fin de semana, incluyendo el encendido de 27 propulsores mientras el Starliner sigue acoplado a la EEI. El análisis en tierra sugirió que las fugas podrían ser consecuencia de sellos degradados por la exposición al vapor del propulsor. Nappi sugirió que una solución sería reemplazar estos sellos por materiales menos susceptibles al desgaste.
El continuo esfuerzo para resolver el problema de las fugas de helio es una de las principales razones por las que no se puede establecer una fecha de regreso para los astronautas. Stich comentó que la clave es comprender completamente estas fugas y cómo manejarlas si se agravan.
La NASA y Boeing están planeando una revisión que podría definir el desacoplamiento del Starliner para fines de la próxima semana. La espera continúa mientras los equipos trabajan para resolver estos problemas y asegurar un regreso seguro para la tripulación.
