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Campesinos y usuarios del sistema de riego en el Valle del Mezquital están reportando una inusual invasión de fauna en los canales de agua que se utilizan para la agricultura. Aparentemente, estos afluentes están trayendo reptiles y otros animales de regiones lejanas, lo cual ha generado bastante preocupación entre los habitantes de la zona.
Durante una reciente inspección de los canales, los campesinos se encontraron con víboras de coralillo con llamativos colores negro y amarillo, que han sido vistas con frecuencia en los caminos y campos de cultivo. Además, otros reptiles como tortugas también se han hecho presentes, nadando o caminando en las aguas de los canales. Esta situación ha despertado tanto curiosidad como temor en la población local.
A pesar de que los médicos veterinarios aseguran que las víboras de coralillo negro y amarillo no son venenosas ni peligrosas, recomiendan no tocarlas ni jugar con ellas. Estas serpientes suelen salir de los canales y aventurarse en corrales de vacas o borregos, gallineros e incluso en casas, causando alarma entre los habitantes cuando son avistadas.
Cuando estas serpientes entran en contacto con animales domésticos, como gatos, se generan conflictos por el espacio. En ocasiones, los felinos pueden incluso intentar alimentarse de ellas.
La situación se complica con el crecimiento del pasto y la maleza en los bordos y milpas, que ha alcanzado alturas considerables. Esto proporciona a las víboras un escondite perfecto para cazar y escapar de sus depredadores.
Expertos científicos explican que estas serpientes, conocidas como coral ratonera o falsa coral, pertenecen a la familia Colubridae y están distribuidas por casi toda América, desde el sur de Canadá hasta Ecuador, Colombia y Venezuela, incluyendo Estados Unidos, México, Centroamérica y América del Sur.
La situación ha generado una serie de medidas preventivas y recomendaciones para evitar encuentros indeseados con estos reptiles en la región.
