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El presidente López Obrador reconoció que la finalización del tramo 5 del Tren Maya ha sido más complicada de lo previsto, enfrentando múltiples amparos y protestas de grupos ambientalistas. A pesar de los obstáculos, el mandatario aseguró que se ha priorizado la protección del medio ambiente en la construcción, con la implementación de viaductos y segundos pisos para evitar daños a cenotes y ríos subterráneos. Sin embargo, las críticas persisten, destacando problemas de contaminación y manejo deficiente de materiales en la obra.
Durante su conferencia, López Obrador cuestionó la ausencia de protestas similares cuando se desarrollaron proyectos turísticos en la Riviera Maya en administraciones anteriores, sugiriendo que los actuales movimientos son en gran parte impulsados por intereses ajenos a la protección ambiental.
El mandatario subrayó que, aunque la obra ha requerido una inversión considerablemente mayor debido a las medidas de preservación ambiental, sigue siendo un proyecto prioritario para su gobierno. Sin embargo, la polémica continúa, con activistas y expertos señalando que los esfuerzos de mitigación de daños han sido insuficientes y mal implementados, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para los ecosistemas de la región.
La finalización de este tramo del Tren Maya representa un desafío significativo para la administración de López Obrador, quien ha insistido en que se trata de una obra que transformará el sureste del país, aunque los costos sociales y ambientales aún son motivo de debate.
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