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El Papa Francisco llegó a Timor Oriental el 9 de septiembre de 2024 como parte de su gira apostólica por Asia y el Pacífico, visitando uno de los países más católicos del mundo. Cerca del 96% de los 1.3 millones de habitantes de este pequeño país del sudeste asiático se identifican como católicos, lo que lo convierte en el segundo país más católico fuera del Vaticano. Sin embargo, su visita no está exenta de controversias.
El viaje del Papa Francisco a Timor Oriental, nación que obtuvo su independencia en 2002 tras décadas de ocupación indonesia, llega en un momento en el que la Iglesia católica del país enfrenta escándalos de abuso sexual. Uno de los casos más notorios es el del obispo Carlos Ximenes Belo, premio Nobel de la Paz en 1996, quien fue acusado de abusar sexualmente de menores. El Vaticano sancionó a Belo en 2022, aunque ha sido criticado por manejar el caso de manera discreta y evitar hacer públicas estas denuncias durante años.
La visita del Papa también incluye una misa en Tasitolu, donde se espera la asistencia de hasta 750,000 personas, más de la mitad de la población del país. Este evento recuerda la histórica visita de Juan Pablo II en 1989, quien también alentó el movimiento independentista timorense. Francisco ha aprovechado su estancia para reiterar su compromiso con la lucha contra el abuso y el cambio climático, aunque algunos grupos de sobrevivientes esperan que el Papa se pronuncie más claramente sobre los casos de abuso en la Iglesia local.
La agenda del Papa en Timor Oriental refleja un enfoque en la reconciliación nacional y el fortalecimiento de la fe, pero las sombras de los abusos siguen presentes, lo que añade una capa de complejidad a esta visita histórica.
