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Ahmed Abu Khatallah, el cabecilla de la milicia libia detrás del trágico ataque terrorista de 2012 al consulado estadounidense en Bengasi, ha sido sentenciado nuevamente a 28 años de prisión. Esta nueva decisión se dio a conocer el jueves, a pesar de que la fiscalía había solicitado una pena de cadena perpetua o, al menos, 60 años tras las rejas.
Esta reciente condena llega más de dos años después de que un tribunal federal de apelaciones en Washington considerara que la sentencia anterior de 22 años era “demasiado baja” y ordenara al juez que la revisara. A pesar de las demandas de los fiscales para una pena más severa, el juez Christopher Cooper solo sumó seis años a la condena de Khatallah, argumentando que los delitos cometidos no justificaban una sanción significativamente mayor.
En 2018, Khatallah fue hallado culpable de cuatro cargos federales relacionados con su implicación en el ataque, que incluían: conspiración para ofrecer apoyo a terroristas; proporcionar apoyo material a terroristas; destruir un edificio federal; y usar un arma de asalto durante un delito violento.
En su condena original, el juez le impuso 12 años por los tres primeros delitos, los cuales ha estado cumpliendo de manera simultánea. Además, Khatallah recibió 10 años por el cuarto cargo, que deberá cumplir una vez termine la condena de 12 años.
La nueva sentencia implica que cumplirá 15 años por los dos primeros delitos y 18 años por el tercero, de manera simultánea. El juez mantuvo los 10 años por el cuarto cargo, que se cumplirán después de los primeros 18 años.
Durante un juicio que se extendió por siete semanas en 2018, los fiscales presentaron a Khatallah como el cerebro detrás de los ataques de Bengasi, describiéndolo como un “terrorista de sangre fría”. Sin embargo, un jurado en Washington DC lo declaró inocente de los asesinatos del embajador estadounidense J. Christopher Stevens y de los empleados del gobierno Sean Smith, Tyrone Woods y Doherty.
