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Reynosa, Tamaulipas.- Con lágrimas y gritos llenos de desesperación, miembros del Colectivo Amor por los Desaparecidos lideraron una marcha pacífica hasta la Plaza Miguel Hidalgo. Allí, erigieron el Pino de la Fe y la Esperanza, adornado con esferas que llevaban los rostros de sus seres queridos desaparecidos.
“Dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están”, fue el grito que resonó por las calles, mientras hombres y mujeres portaban pancartas con las imágenes de hijos, esposos, hermanos y amigos que han sido víctimas de desapariciones forzadas.
Edith González, la líder del colectivo, compartió su esperanza: “La esperanza nunca va a morir. No vamos a rendirnos hasta tener una respuesta, hasta que podamos recuperar un cuerpo. Mientras no sepamos que ya no están, vamos a seguir luchando con manifestaciones como esta”.
El objetivo de estas protestas es sensibilizar y dar visibilidad a la grave situación de las desapariciones en Reynosa, un problema que ha tocado a muchas familias.
El panorama es alarmante, pues aunque hace cinco años se reportaban 15,000 desaparecidos, las cifras ahora podrían alcanzar 20,000 solo en Tamaulipas, debido a la creciente violencia. Sin embargo, se teme que esta cifra sea aún mayor, ya que muchas familias prefieren no denunciar.
Hace solo unos días, el colectivo se reunió con la fiscal Elizabeth Almanza para pedir un informe sobre los restos encontrados y los casos que han logrado ser identificados. Como acto de protesta, decidieron colocar el pino con las fotos de sus familiares en la plaza, esperando generar conciencia y apoyar la causa.
