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Este viernes 10 de mayo, en honor al Día de las Madres, multitudes se congregaron en el panteón municipal de Pachuca, situado en el bulevar Minero, para rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos. El gesto común de llevar flores a las tumbas se ha arraigado como un consuelo perdurable. A pesar de la competencia desleal de vendedores ambulantes provenientes de otros puntos del país, los precios de las flores se mantuvieron estables, con la tradicional docena de rosas fijada en 150 pesos.
Este acto conmemorativo reúne a familias enteras, como los García Flores, Escarzega y Morales García, quienes celebraron con un desayuno junto a la tumba de su bisabuela, uniendo recuerdos y tradiciones. Daniela Escarzega expresó la importancia de honrar a las madres, tanto presentes como ausentes, destacando el papel unificador de la bisabuela en la familia.
En el ámbito económico, los músicos locales han visto mermada su demanda, mientras que los vendedores de flores solicitan a las autoridades municipales regular a los comerciantes ambulantes, especialmente aquellos que compiten de manera injusta, provenientes de diferentes estados.
El día transcurrió con la afluencia de visitantes, quienes se apoyaron mutuamente en la tarea de cuidar las tumbas y mantener la higiene del lugar. La seguridad estuvo a cargo de Protección Civil Municipal, quienes, conscientes de los riesgos de exposición al sol, implementaron medidas preventivas y ofrecieron asistencia médica.
En Tula, pobladores como Rosa García y su hijo Jaime Enrique Martínez García, visitaron los panteones locales para rendir tributo a sus madres fallecidas. A pesar de las emociones encontradas, prevalecen los recuerdos afectuosos de los seres queridos.
En esta fecha significativa, el recuerdo y el amor perduran, manifestados a través de gestos de afecto y respeto hacia las madres y abuelas que ya no están físicamente, pero permanecen vivas en el corazón de quienes las recuerdan.
